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viernes, 13 de julio de 2012

Competencia, competitividad... y buen rollo

Siempre me ha dado la impresión -muy particular, por supuesto- de que entre los escritores que han publicado sus obras en papel -el mercado tradicional del libro- no ha habido demasiada química, entendida ésta como aquel buen savoir faire en el que la norma no es la competencia sino la sana competitividad, el vive y deja vivir, el hakuna matata de los suajili o el don't worry be happy que cantaba tan alegremente Bob Marley durante aquel verano de no recuerdo hace cuántos años -sin duda muchos-, pero cuya versión original pertenece, por aquello del reconocimiento y los derechos, al compositor de jazz Bobby McFerrin.

Pero ahora estamos asistiendo a otro fenómeno que, bajo mi humilde opinión, abre una nueva etapa en el camino, quizá como una especie de contraposición a tal proceder. Y es un fenómeno que sólo han sido capaces de disparar las nuevas tecnologías que, estableciendo un puente directo entre el escritor y el lector (las dos figuras claves e imprescindibles necesarias para que se produzca el sublime acto de la lectura), han hecho posible la aparición de una nueva y extensísima hornada de autores que están demostrando -sobradamente- que aún queda por decir mucho en el mundo de las letras.

No hace falta mas que asomarse a Twitter; ahí se promocionan -nos promocionamos- y promocionan sus obras. Y se respira compañerismo y camaradería. Supongo que también habrá de todo, por supuesto; pero lo cierto es que ahora -y hablo de mi propia y corta experiencia en dicha red social- han cambiado algunos roles. Y es que los escritores independientes ya no se ven obligados a mendigar, como solía venir pasando hasta ahora. Creo que todos asumimos que hay lectores para todos, y nadie roba el pan de nadie; esa es, al menos, la filosofía que a mí me gusta.

¿Somos escritores noveles? No todos. Aunque pienso que sí a una muy buena parte nos ha rechazado en más de una ocasión una editorial o un agente literario; gajes del oficio. Pero no hay lugar para las disputas y la rivalidad mal entendidas.

Como dijo alguien, lo cortés no quita lo valiente.

4 comentarios:

  1. Esperemos que esto no cambie. Yo, personalmente, me alegro mucho cuando a alguien le van las cosas bien. Me gusta sentir dos cosas: que soy útil y el apoyo de otros autores en esta que es una carrera de fondo.

    Un beso

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    1. Hola Mayte. Yo personalmente estoy viendo muestras de apoyo a todos los niveles; desde luego, eso tiene su contrapartida: cuando tú puedes echar un cable a un compañero, lo haces. Es así como entiendo esta particular relación; creo que debe ser como una especie de simbiosis en la que ambas partes resulten favorecidas. Más allá de los intereses personales, más allá de las disputas. Al menos, es lo que yo estoy vivendo últimamente, y estoy orgulloso de ello. Hay sitio para todos.
      Muchas gracias por tu comentario y, desde luego, ¡¡¡sé bienvenida a este blog!!!

      Un abrazo

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  2. Me ha gustado mucho tu reflexión. Así, tal como lo cuentas, es como debería ser siempre. Después de todo tenemos algo muy importante en común: la pasión por escribir ¿No es más lógico, por lo tanto, tener una relación de compañerismo o incluso de amistad?
    Yo también creo que hay sitio para todos y me encanta pensar así. Besos.

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    1. Creo que si tod@s ponemos de nuestra parte se puede lograr. De cuando en cuando despunta alguien que no se deja llevar por tan buenos sentimientos e intenciones; yo, en esos casos, simplemente intento ignorarlos y pasar de largo.
      Muchas graciaspor tu comentario Cristina y, por supuesto, huelga decir que eres bienvenida aquí.
      Un abrazo.

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