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viernes, 18 de octubre de 2013

¿Estamos asistiendo al principio de algo grande...?

Esta noticia me ha llamado hoy la atención. ¿Qué impresión os da?


Espero no estar volviéndome paranoico, pero... ¿acaba de ponerse en marcha algo realmente bueno?

¡Un abrazo!


4 comentarios:

  1. Era cuestión de tiempo, Jordi. La autoedición ha puesto sobre el tapete la enorme cantidad de carencias que tienen los escritores en el mundo editorial. Me alegra saber que todo está cambiando.
    Comparto el artículo en Facebook!
    Un beso

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    1. ¡Hola Blanca! Muchas gracias por compartirlo. Esto puede significar que los autores independientes puedan llegar a serlo en todos los sentidos.
      Un abrazo desde España :)

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  2. Hola JL.
    Interesante artículo, desde luego. A modo personal (pese a llevar muy poco en este campo), comentar que hace unos años, e incluso sin tener que irnos demasiado lejos en el tiempo, la autoedición era símbolo de mediocridad, ya que "se suponía" que era el escritor rechazado por las editoriales. Yo he sufrido esa tacha puesto que empecé a autopublicarme en el año 2007, una vez que mis obras fueron desestimadas por los profesionales en el sector. Quizá tuvieron razón en su momento, pero ahora todos los que quedamos fuera de su política editorial podemos ofrecer nuestros trabajos abiertamente y gracias a las diferentes plataformas donde colgar las obras, y que sea el lector "el verdadero corazón de este movimiento" el que juzgue el trabajo.

    Un abrazo.

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    1. Tienes razón. Yo publiqué mi primera novela en papel, si no recuerdo mal, en el 2002 o el 2003 después de haberla presentado al Premio Nadal. Sí, la situación ha cambiado; ahora, no publicar con las grandes editoriales y autopublicarse no es -necesariamente- sinónimo de mediocridad. De hecho, los que optamos por autopublicarnos desde entonces estamos asistiendo a grandes cambios en el panorama literario, y creo que son cambios positivos. Autopublicarte te proporciona muchísima más libertad; eres dueño de tí mismo y de tu propio trabajo, aunque también exige una serie de sacrificios que de otro modo no estaríamos obligados a padecer. En fin, así son las cosas. Me alegro mucho de verte por aquí, Miguel Ángel, y gracias por el follow.
      Un abrazo y... ¡nos leemos!

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