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viernes, 18 de mayo de 2012

Nele Neuhaus, una lección de perseverancia

Ayer tuve el privilegio de leer algo que me impresionó; fue una de esas lecturas que, de alguna manera, logran dejar una huella indeleble entre los que intentamos abrirnos paso entre la vorágine de libros, publicaciones, editoriales, agentes y todo ese mundo paralelo que acompaña, inherentemente, al oficio de escritor.
La sorpresa vino de la mano de Nele Neuhaus, una escritora alemana nacida en Westfalia en 1967, de las que, me atrevo a decir, se han hecho a sí mismas.
Porque, desde luego, es lo único que se puede decir de alguien que, después de ser rechazada una y otra vez por distintas editoriales, optó por arriesgarse a autopublicar sus propias obras en papel.
Ni corta ni perezosa, Neuhaus pagó de su propio bolsillo 500 ejemplares de su novela que fueron a parar... a su garaje. Pero sólo temporalmente; precio de venta: 16'90 euros.
Logró vender todos y cada uno de aquellos libros; esto sucedía en el año 2000. Sin embargo, y como sucede prácticamente en la mayoría de los casos de autores noveles que intentan autopublicarse, su singladura no acabó ahí. Muy al contrario, tan sólo acababa de empezar.
Su segunda novela la animó a encargar, en esta ocasión, 1000 ejemplares. El doble. Si tenemos en cuenta el hecho de que Neuhaus tuvo que continuar pagando la nueva edición de su propio bolsillo, convendréis conmigo en que, con toda probabilidad, le resultaría un esfuerzo económico de importancia.
Así, lentamente, con paciencia, tesón y paso a paso, logró alcanzar años después una cifra de ventas significativa para una escritora hasta entonces totalmente anónima y desconocida. Efectivamente, gracias a las ventas de sus libros autoeditados, que sumaban ya cuatro novelas, alcanzó la cifra mágica de 45.000 ejemplares.
Un esfuerzo titánico, según mi opinión, teniendo en cuenta que Neuhaus tuvo que ocuparse, además de escribir, en tareas menos gratas como el almacenaje, distribución, márketing, relaciones públicas y demás, cosa que, imagino, puede llegar a convertirse en ocasiones en un trabajo agotador y nada placentero... sobre todo desde el punto de vista del escritor en su estado puro.
Blancanieves debe morir, la cuarta entrega de sus relatos que, al parecer, es la que ha conseguido dispararla hacia la fama, ha recibido muy buenas críticas y se ha convertido en todo un bestseller internacional.
Hechos y experiencias como los protagonizados por esta escritora son, a mi parecer, los que deben animarnos a los demás a continuar trabajando.
No hay imposibles, amigos míos. Sólo cabe entusiasmo, perseverancia, paciencia y mucho trabajo.
¡Enhorabuena, Nele! Te mereces el éxito.

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