Vengo
utilizando esta técnica prácticamente desde que empecé a escribir, y hasta
ahora me está rindiendo resultados muy satisfactorios. Tanto que, sin mi guión,
sería incapaz de crear una buena historia.
Pero,
¿qué es en realidad el guión? Olvidad cualquier idea preconcebida.
El
guión representa el armazón, el esqueleto, la estructura general de la obra en
la que, en principio, aparecen los puntos más importantes del contenido.
Supongo que no dista demasiado del concepto que utilizan otros autores. Sería
lo que John Locke denomina sus “escenas pivote”, ahora que este autor está tan
de moda. Son los pilares básicos sobre los que se mueve todo el entramado de la
nueva obra.
En
mi caso, el guión es un instrumento que, una vez esbozado, me permite empezar a
trabajar siguiendo un orden establecido. Sin embargo, va adquiriendo más tarde
y sobre la marcha su propio volumen y consistencia. Jamás olvido que este guión
no es en sí mismo un objetivo, sino tan sólo un medio, una herramienta de
trabajo que me ayudará a alcanzar el fin, que es la confección de una novela
coherente y bien estructurada.
La
idea es que, una vez tengo confeccionado mi guión, estoy en condiciones de
hacerme una composición general de lo que será la obra; de principio a fin. Éste se
convierte en una poderosa herramienta que me acompañará durante meses; se
podrán añadir detalles, desechar ideas, ampliar o reducir, dependiendo de mis
intereses; o, gracias a un vistazo rápido simplemente me servirá de
recordatorio de episodios anteriores una vez avanzada la novela. No importa. Lo
verdaderamente importante es que, si lo sigo durante todo el transcurso de la
obra, lograré que ésta se desarrolle de modo lógico, compacto, limpio y apenas
sin errores; además, evitará que me desvíe significativamente de la línea que
he decidido seguir. Por supuesto, esto no descarta en absoluto la posterior e
intensa tarea de corrección, que será la que verdaderamente se encargará de no
dejar flecos sueltos en nuestra historia.
Otro
factor importante de mi guión viene dado por las distintas historias que van a
aparecer en el libro. Por regla general, la trama principal siempre irá rodeada
de otras historias paralelas que, dentro de un mismo contexto, harán más
creíble el argumento, proporcionándole además una serie de matices difíciles de
conseguir si no aparecen reflejados. Para cada una de esas historias paralelas
también creo los guiones necesarios.
Una
vez tengo listos estos guiones paralelos, preparo una buena cafetera y me
siento a mi mesa de trabajo, armado de tiempo y, sobre todo, mucha paciencia.
Ha llegado la hora de ensamblar dichos guiones al principal. Es en esta fase de
mi trabajo en la que debo prestar suma atención si no quiero incurrir en
errores, y sobre todo en anacronismos. Para ello, trazo sobre un folio una
línea vertical que lo atraviesa por completo, de arriba abajo, por su parte
central. Es lo que yo llamo mi línea de
tiempo. En ella establezco en primer lugar –y con fechas- los eventos que
se dan en el principal de mis guiones, mediante breves y concisas anotaciones a
ambos márgenes de la línea. Más tarde, voy ensamblando uno a uno, en esa misma
línea, los eventos y acciones del primero de los guiones secundarios… y así
sucesivamente con el resto. Una vez finalizada esta entretenida tarea tenemos,
por fin, el hilo conductor que seguiré cuando me ponga a escribir. Éste es mi
particular Hilo de Ariadna. No será
definitivo, como creo que ya he apuntado, pues sobre la marcha estará sujeto a
pequeños cambios y posibles variaciones pero, en definitiva, constituirá el
corazón, el alma, el elemento central del que partirá la confección de la
novela.
En
la próxima entrada os hablaré de otra etapa interesantísima –para mí constituye
una de las más atractivas en mi trabajo-; la fase de documentación e
investigación.
Entretanto,
os deseo a todos lo mejor que, en estos días de agosto, probablemente venga
representado por muchas salidas a la playa, al campo o a otros lugares más o
menos exóticos que logren aderezar un poco las insufribles jornadas de intenso
calor que estamos padeciendo. Estéis donde estéis, hagáis lo que hagáis,
recordad que hay un nexo inquebrantable que nos une y nos hace compartir
nuestras respectivas vivencias: los libros.
Un
abrazo.
En mi caso, lo que hago no es establecer una línea en la historia. Yo armo una sinopsis de todo lo que va a suceder, dejando los agujeros. Uso una hoja electrónica para saber donde están los personajes en que momento del tiempo. De esa forma, puedo armar puntos de vista de los diferentes personajes conforme recorren el sector y pelean la guerra. Así evito cometer errores en la continuidad mientras dejo agujeros abiertos para otras posiblidades. Siempre es necesario un método para hilvanar la historia, pero el hay que tener cuidado porque si es muy rígido también el lector lo nota. Estuvo muy interesante, solo una nota Jordi, dale publicar en facebook bajo el grupo. Gracias y feliz lectura!
ResponderEliminarMuchas gracias Carlos; me alegro de verte por aquí. Estoy totalmente de acuerdo contigo en cuanto a lo de evitar la rigidez. Siempre intento que la historia, a pesar de todo, se desenvuelva de modo natural. Aquí precisamente es cuando algunos de mis personajes actúan como si tuvieran vida propia, como comenté en una entrada anterior. Tendré en cuenta tu recomendación, aunque ya sabes que todavía no domino facebook como es debido; eso supongo que se traduce en ocasiones en una limitación de receptores. Muy agradecido.
ResponderEliminarRecibe un fuerte abrazo y... ¡nos leemos!
Interesante métido. Trabajoso, pero no hay otro.
ResponderEliminarPara confesarme un poco: yo además dibujo los personajes y algunas escenas. Y cada uno lleva una ficha de identidad.
Suerte.
Gracias Rafael, y bienvenido a mi blog. Yo, en el caso de los personajes, utilizo también mi técnica particular, que comentaré en otra entrada.
ResponderEliminarUn abrazo.
¡Hola JL! Me pregunto si será Juan/José Luis. Interesante tu método de trabajo, se nota que conlleva un gran trabajo de por medio. Es un lindo regalo de parte tuya el compartir tu forma de trabajo, ya que ten por seguro que algo vamos sacando de ella. ¡Saludos!
ResponderEliminar¡Ja,ja,ja... ! Ni una cosa ni otra; ¡es Jordi López!Bienvenido, Luis Eduardo. Sí, es un método trabajoso y entretenido, pero a mí me funciona a las mil maravillas. Espero poder seguir compartiendo mis ideas con todos aquellos que estéis interesados.
ResponderEliminarRecibe un cordial abrazo.